El artista empresario
Propuesta de valor, comunicación y publicidad para gestionar tu proyecto como un negocio creativo
NEGOCIO E INVERSIÓN
Agus Calcagno
4/25/20252 min read
Resumen: Hoy más que nunca, el artista tiene herramientas para dejar de depender y tomar las riendas de su desarrollo. Pero con ese poder, viene también una responsabilidad: pensar el arte como un proyecto sostenible.
Problema: Muchos artistas quieren vivir de su obra, pero no estructuran su proyecto como un negocio: no definen objetivos claros, no planifican su comunicación ni invierten estratégicamente.
Solución: Adoptar una mentalidad empresarial sin perder la esencia artística: trabajar sobre una propuesta de valor clara, una comunicación coherente y un esquema de inversión en publicidad eficiente.
⸻
Este es un tema que considero fundamental para el presente y el futuro de los artistas. Podríamos usar la palabra “emprendedor” para hacerlo más amigable, pero elijo decir empresario a propósito: porque es una palabra que incomoda, que sacude, que obliga a tomar conciencia.
Hoy, en el mundo digital, tenemos acceso a herramientas que antes eran impensadas: podés llegar a públicos específicos, probar ideas rápido, comunicar directamente, monetizar tu trabajo de forma escalable. Pero como diría Spider-Man: un gran poder implica una gran responsabilidad.
Si estás en esta membresía, seguramente ya diste ese paso: querés asumir esa responsabilidad y construir algo con autonomía. Por eso, quiero dejarte hoy los tres ejes que, para mí, definen al artista empresario:
1. Propuesta de valor
Antes que nada: ¿cuál es tu modelo de negocio?
No importa si hacés música, pintura o danza, lo importante es que tengas claro qué ofrecés y a quién.
¿Querés más reproducciones en Spotify? ¿Querés vender obra original o prints? ¿Querés enseñar, dar talleres? ¿Querés tocar en vivo o entrar a determinados circuitos culturales? Todo eso implica distintos caminos.
Y si no tenés clara la meta, no vas a poder diseñar un camino coherente.
2. Comunicación
La comunicación tiene dos patas:
• Identidad: quién sos, cómo te presentás, cuál es tu estética, tu tono, tu marca.
• Contenido: qué mostrás, con qué frecuencia, y con qué objetivo.
El contenido tiene que estar totalmente alineado con tu propuesta de valor.
No es lo mismo generar contenido para vender talleres que para conseguir oyentes en Spotify.
No es lo mismo hablarle a coleccionistas que a productores o programadores culturales.
3. Publicidad
La publicidad es tu canal de ventas. Así de simple.
Acá entra una de las claves del enfoque empresarial: ¿cuánto vas a invertir? ¿cómo vas a segmentar? ¿cuáles son tus métricas?
No podés improvisar. Tenés que saber:
• ¿Cuánto te cuesta conseguir un seguidor?
• ¿Cuánto te cuesta un mensaje o una consulta?
• ¿Cuál es el porcentaje de conversión de esos mensajes en ventas?
• ¿Cuánto podés escalar si aumentás la inversión?
Y esto es clave: lo que invertís en publicidad no es un gasto, es una inversión en tu negocio.
Cuando entendés los números, dejás de tener miedo a invertir.
Y cuando dejás de tener miedo a invertir, empezás a crecer en serio.
⸻
El camino del artista no se opone al del emprendedor.
Gestionar tu proyecto con profesionalismo no le quita poesía, le da sustento.
SemillaRedes
Transformá tu pasión en un negocio digital.
contacto
contacto@semillaredes.com
+5492665323326
© 2025. All rights reserved.